El año 2018 representa el talón de Aquiles del Colectivo feminista y LGTBIQ+ Somos Parte del Mundo, fundado en el año 2016, antes llamado DIVERGE. El activismo de las personas homosexuales comienza en la historia de Guinea Ecuatorial en 1968, con la constitución de Guinea Ecuatorial como “estado” y antes de que el país se dibujara en el mapa del mundo occidental, mucho antes, cuando cada grupo étnico (al menos siete constituyen el estado) establecía su modo de vida.
Año 2018. Este año coincide con dos grandes fenómenos. Fallece el Presidente de la Cruz Roja de Guinea Ecuatorial, Jesús (apellidos y formación), un hombre formado en los valores de la Cruz Roja Internacional y promotor de la visibilización de sectores socialmente excluidos como las personas con diversidad funcional, las personas sordomudas , las personas homosexuales.
Desde el año 2016 y tras la marcha de Luis Mergal de Guinea Ecuatorial el Colectivo se siente desamparado y los problemas se acumulan. Y los problemas tienen nombres propios: los encarcelamientos en las comisarias de policías; el acoso policial en las calles y barreras de paso entre los poblados, las agresiones físicas y sexuales en las calles y entornos cercanos; la extrema violencia en las familias, colegios, iglesias y curanderías, la expansión de las enfermedades de transmisión sexual, el desempleo crónico, la exclusión de los derechos humanos fundamentales (el derecho a la familia, a la educación, a la salud, a circular libremente, a fijar la residencia), etc.
Desde finales del año 2016 el Colectivo se incorpora en la Cruz Roja de Guinea Ecuatorial y se institucionaliza. Todas las actividades de sensibilización se realizan en nombre de la Cruz Roja de Guinea Ecuatorial y las mejorías se hacen notorias. Los medios de comunicación (Televisión Guinea Ecuatorial, Radio Nacional de Guinea Ecuatorial, Televisión Asonga, Radio Asonga, emisoras y revistas) empiezan a difundir actividades de visibilización sobre una temática, la homosexualidad, considerada un tabú en público y vivido en privado como parte de la normalidad pero rodeado de mitos.
Año 2018. Por un lado, el colectivo llora el fallecimiento del Presidente de la Cruz Roja, defensor de los derechos de las sectores socialmente excluidos como las personas LGTBIQ+ en el país y por el otro, se produce un cambio de Gobierno con un agravante, en el Ministerio del Interior, institución encargada de las asociaciones y ONGs, llega un nuevo Ministro, llega el cambio.
Llega el cambio con la Tercera Edición de la conmemoración del Día Internacional contra la Homofobia (LGTBIQ+ fobia). El cambio comienza con la exclusión de la problemática homosexual de la Cruz Roja, su único paraguas hasta entonces.
El cambio llega con la orden de facto de que ningún Ministerio participe nunca más en los actos organizados por el colectivo.
El cambio llega con la cancelación de facto de la Conmemoración del Dia Internacional contra la Homofobia. La organización Somos Parte del Mundo se comunica con los Ministerios con los que venía trabajando: todos los del sector social. Ninguno cancela la participación. Ninguno participa en las actividades.
Los Medios de Comunicación acuden a la actividad y en mitad de la cita, desaparecen paulatinamente. Las noticias elaboradas para la ocasión no se emiten. Las informaciones en los medios traen un mensaje: por orden de la superioridad queda cancelada la emisión de las actividades del colectivo en los medios de comunicación.
Año 2018, mes de mayo. El colectivo se contacta con las instituciones del sector social con las que venía trabajando y ninguno se pronuncia al respecto. El Ministerio del Interior de manera verbal explicó que ESTABAMOS TRABAJANDO EN LA CLANDESTINIDAD y que la Cruz Roja no era competente para amparar a un grupo como el nuestro, encargado de trabajar sobre un tema tan espinoso, por lo tanto, el expediente de la asociación que llevaba tres años sin legalización, tenía que ser elevado al Interministerial y luego al Consejo de Ministros debido al vacío legal que rodeaba a la temática homosexual.
El procedimiento de legalización de las ONGs y asociaciones recogido en la Ley de Asociaciones vigente en el país no establece esta cláusula. Desde entonces, el colectivo se informa de la temática LGTBIQ+ en los medios de comunicación como cualquier individuo. Las relaciones que anteriormente manteníamos con las instituciones están rotas. Y todo cambió.
En los medios de comunicación nacionales y públicos (Televisión Guinea Ecuatorial y Radio Nacional de Guinea Ecuatorial), comenzó desde mayo de este año una propaganda anti-homosexual incansable, basado en los mitos que alimentan la homofobia y fomentan los delitos de odio. Las noticias relacionadas con la homosexualidad pasaron de informativas a sensacionalistas con un agravante: la respuesta de la sociedad.
La población guineana entendió desde entonces que las instituciones públicas no solo estaban elaborando una ley que regularizara los derechos homosexuales, sino que la ley contendría las siguientes prohibiciones:
Las informaciones no procedían de cualquier fuente. No. Guinea Ecuatorial como cualquier país del mundo acoge en todas las esferas a homosexuales, familias de homosexuales y personas tolerantes con la diversidad. Las y los integrantes del colectivo con familias y amistades en el poder reciben amenazas de ocultarse porque se avecinaban momentos difíciles y unas normas muy duras.
Mayo, junio y julio del 2019 representan la etapa más difícil de la Asociación. Militares y policías vestidos de paisanos abordan viviendas en las que viven personas transexuales y aparcan los vehículos con las matriculas de la FAS a mucha distancia. Guinea Ecuatorial es un país pequeño y aunque una persona se viste de taparrabos, siempre se le reconoce en un país en el que todo el mundo es familia.
Las viviendas de las personas transexuales fueron las primeras víctimas del acoso policial y militar instaurado en el país desde entonces. En las calles ha crecido el acoso policial y tanto, que las personas transexuales tienen que responder a preguntas incómodas en todo el momento tales como:
El acoso policial parte desde las preguntas de por qué salen a la calle, a las detenciones arbitrarias, sin razón aparente, que termina en interrogatorios de varias horas y preguntas sobre el físico del homosexual. Sin embargo, el problema más grave está en la calle.
Las calles han recibido la información de que el Gobierno ha prohibido la existencia de las personas homosexuales en Guinea Ecuatorial. Se espera que designe su nuevo país. En las abacerías (tiendas de alimentos) la orden de caminar como mujer o como de hombre llegan al instante, si no, no se vende el producto requerido. En los bares, restaurantes, discotecas, calles, todo el mundo tiene el miedo de tolerar el exhibicionismo, es decir, ver y no hacer nada contra una persona que nació con los genitales de un género socialmente acordado y se comporta como integrante del género diferente. Y cualquier persona tiene el deber de ser vigilante.
El Gobierno ha anunciado la elaboración de una ley. La ley no ha llegado en papel pero se ha instalado en las familias, calles y establecimientos públicos lo que se entiende por Ley Contra los Maricones y Lesbianas y todos los mitos que rodean la temática de la homosexualidad en el país y que el colectivo, venía informando a las instituciones públicas desde el año 2016
Esta ley significa exclusión absoluta y el miedo se ha instaurado en las mentes de las personas homosexuales. La mayoría ya no se atreve ni a salir a la calle por miedo. Y el miedo no es nuevo, es legendario en las mentes de un grupo de personas que ha vivido todo tipo de violencia y la negación institucional porque desde siempre, las instituciones guineanas, a pesar de participar en las actividades del colectivo, nunca definieron la temática LGTBIQ+ como un problema de estado. El Colectivo siempre entendió la actitud del Gobierno como indiferente y de desprecio a un grupo de personas que podía constituir el 15 ó 20% de la población.
Y no solo eso. Desde siempre, las instituciones públicas siempre han negado la existencia de la homosexualidad en Guinea Ecuatorial. “No los conocemos. No existen. No son de este país. Si dicen que existen, que se presenten aquí frente a nosotros”. Se trata de un discurso que sitúa el nacimiento de Guinea Ecuatorial en el régimen colonial y que con la llegada de España, llegan también las personas homosexuales blancas y contaminan a las negras. También se considera que constituye una práctica nacida de las redes sociales (de los blancos) e importada al país por la juventud que se marchó a estudiar (a los países de los blancos) y que se olvidó de su tradición naturalmente africana de todo el mundo muy hombre y muy mujer.
El discurso oficial de negación y atribución de la homosexualidad a los blancos no es nuevo. En la etnia fang, antiguamente, el discurso se marcó en la misma línea, y tanto, que las mujeres transexuales tenían tres modos de vida: el encierro en las viviendas y el exilio interior, la fijación de la vivienda en el bosque (la mayoría era ermitaño), o la incorporación en el colectivo de mujeres con el consiguiente desprecio social.
El primer caso, el encierro en las viviendas, respondía a una demanda social: el arte de la guerra. La hombría estaba relacionada con la violencia y no se consideraba varón a un hombre que revelara algún comportamiento de mujer. Se trataba de varones que avergonzaban a la tribu porque incluso a día de hoy, la forma de actuar, de gobernar, de hablar, y de expresar el folclore del mundo fang, mantiene rasgos bélicos.
Se trataba de una etnia de cada tribu con su ejército. El arte de la guerra y las batallas vencidas representaban el orgullo más grande, y los hombres físicamente femeninos representaban la vergüenza más grande, había que esconderlos.
A día de hoy se puede ver a las transexuales de mayor edad encerradas en las viviendas de las ciudades y de los pueblos. Las transexuales adolescentes no quieren encerrase en las viviendas ni encarcelarse en los bosques. La discordia entre las instituciones públicas y las transexuales tiene en la tradición el desencuentro.
Es importante explicar este aspecto porque en Guinea Ecuatorial mandan los hombres en todas las esferas del poder y las transexuales, son varones igualmente, lo revelan cuando conviene. Por lo tanto, conscientes de su situación en el pasado (han sido socializadas como varones), se preguntan por qué no pueden aparecer en el espacio público, visibilizar otras maneras de ser varones, y por qué ser varón heterosexual constituye un privilegio.
Año 2018. Este año coincide con dos grandes fenómenos. Fallece el Presidente de la Cruz Roja de Guinea Ecuatorial, Jesús (apellidos y formación), un hombre formado en los valores de la Cruz Roja Internacional y promotor de la visibilización de sectores socialmente excluidos como las personas con diversidad funcional, las personas sordomudas , las personas homosexuales.
Desde el año 2016 y tras la marcha de Luis Mergal de Guinea Ecuatorial el Colectivo se siente desamparado y los problemas se acumulan. Y los problemas tienen nombres propios: los encarcelamientos en las comisarias de policías; el acoso policial en las calles y barreras de paso entre los poblados, las agresiones físicas y sexuales en las calles y entornos cercanos; la extrema violencia en las familias, colegios, iglesias y curanderías, la expansión de las enfermedades de transmisión sexual, el desempleo crónico, la exclusión de los derechos humanos fundamentales (el derecho a la familia, a la educación, a la salud, a circular libremente, a fijar la residencia), etc.
Desde finales del año 2016 el Colectivo se incorpora en la Cruz Roja de Guinea Ecuatorial y se institucionaliza. Todas las actividades de sensibilización se realizan en nombre de la Cruz Roja de Guinea Ecuatorial y las mejorías se hacen notorias. Los medios de comunicación (Televisión Guinea Ecuatorial, Radio Nacional de Guinea Ecuatorial, Televisión Asonga, Radio Asonga, emisoras y revistas) empiezan a difundir actividades de visibilización sobre una temática, la homosexualidad, considerada un tabú en público y vivido en privado como parte de la normalidad pero rodeado de mitos.
Año 2018. Por un lado, el colectivo llora el fallecimiento del Presidente de la Cruz Roja, defensor de los derechos de las sectores socialmente excluidos como las personas LGTBIQ+ en el país y por el otro, se produce un cambio de Gobierno con un agravante, en el Ministerio del Interior, institución encargada de las asociaciones y ONGs, llega un nuevo Ministro, llega el cambio.
Llega el cambio con la Tercera Edición de la conmemoración del Día Internacional contra la Homofobia (LGTBIQ+ fobia). El cambio comienza con la exclusión de la problemática homosexual de la Cruz Roja, su único paraguas hasta entonces.
El cambio llega con la orden de facto de que ningún Ministerio participe nunca más en los actos organizados por el colectivo.
El cambio llega con la cancelación de facto de la Conmemoración del Dia Internacional contra la Homofobia. La organización Somos Parte del Mundo se comunica con los Ministerios con los que venía trabajando: todos los del sector social. Ninguno cancela la participación. Ninguno participa en las actividades.
Los Medios de Comunicación acuden a la actividad y en mitad de la cita, desaparecen paulatinamente. Las noticias elaboradas para la ocasión no se emiten. Las informaciones en los medios traen un mensaje: por orden de la superioridad queda cancelada la emisión de las actividades del colectivo en los medios de comunicación.
Año 2018, mes de mayo. El colectivo se contacta con las instituciones del sector social con las que venía trabajando y ninguno se pronuncia al respecto. El Ministerio del Interior de manera verbal explicó que ESTABAMOS TRABAJANDO EN LA CLANDESTINIDAD y que la Cruz Roja no era competente para amparar a un grupo como el nuestro, encargado de trabajar sobre un tema tan espinoso, por lo tanto, el expediente de la asociación que llevaba tres años sin legalización, tenía que ser elevado al Interministerial y luego al Consejo de Ministros debido al vacío legal que rodeaba a la temática homosexual.
El procedimiento de legalización de las ONGs y asociaciones recogido en la Ley de Asociaciones vigente en el país no establece esta cláusula. Desde entonces, el colectivo se informa de la temática LGTBIQ+ en los medios de comunicación como cualquier individuo. Las relaciones que anteriormente manteníamos con las instituciones están rotas. Y todo cambió.
En los medios de comunicación nacionales y públicos (Televisión Guinea Ecuatorial y Radio Nacional de Guinea Ecuatorial), comenzó desde mayo de este año una propaganda anti-homosexual incansable, basado en los mitos que alimentan la homofobia y fomentan los delitos de odio. Las noticias relacionadas con la homosexualidad pasaron de informativas a sensacionalistas con un agravante: la respuesta de la sociedad.
La población guineana entendió desde entonces que las instituciones públicas no solo estaban elaborando una ley que regularizara los derechos homosexuales, sino que la ley contendría las siguientes prohibiciones:
- La prohibición de manifestar amaneramiento y pluma. Es decir, todas las personas transexuales tenían que adaptar sus cuerpos a los sexos y géneros socialmente establecidos. Cualquier ser humano travestido podía ser encarcelado.
- La prohibición de acoger en las instituciones (públicas y privadas) y en familias, a personas con los cuerpos y orientaciones sexo-afectivas no adaptadas a la mentalidad cristiano-católica y bantú. Las instituciones que no obedecieran las instrucciones, serian sancionadas con penas económicas y de prisión.
Las informaciones no procedían de cualquier fuente. No. Guinea Ecuatorial como cualquier país del mundo acoge en todas las esferas a homosexuales, familias de homosexuales y personas tolerantes con la diversidad. Las y los integrantes del colectivo con familias y amistades en el poder reciben amenazas de ocultarse porque se avecinaban momentos difíciles y unas normas muy duras.
Mayo, junio y julio del 2019 representan la etapa más difícil de la Asociación. Militares y policías vestidos de paisanos abordan viviendas en las que viven personas transexuales y aparcan los vehículos con las matriculas de la FAS a mucha distancia. Guinea Ecuatorial es un país pequeño y aunque una persona se viste de taparrabos, siempre se le reconoce en un país en el que todo el mundo es familia.
Las viviendas de las personas transexuales fueron las primeras víctimas del acoso policial y militar instaurado en el país desde entonces. En las calles ha crecido el acoso policial y tanto, que las personas transexuales tienen que responder a preguntas incómodas en todo el momento tales como:
- Tú, marcón, ¿A dónde vas? ¿Por qué no te quedas en tu casa a vivir? ¿Por qué sales a la calle? ¿Qué tienes allí abajo, una vagina, una pene? ¿El mariconeo es un trabajo? ¿Por qué no caminas como una persona normal? ¿Por qué tienes que exhibirte?
- Los transexuales han adoptado la estrategia de salir a la calle al menos con un bebé acompañado para normalizar la condición de mujeres. Y las cuestiones que reciben de los policías tienen como fin la verificación de que han sido las encargadas de traer a la descendencia que les acompaña al mundo: ¿Este bebé es tuyo? ¿Cómo es el parto? ¿Eres mujer? ¿Tienes vagina? ¿En serio?
El acoso policial parte desde las preguntas de por qué salen a la calle, a las detenciones arbitrarias, sin razón aparente, que termina en interrogatorios de varias horas y preguntas sobre el físico del homosexual. Sin embargo, el problema más grave está en la calle.
Las calles han recibido la información de que el Gobierno ha prohibido la existencia de las personas homosexuales en Guinea Ecuatorial. Se espera que designe su nuevo país. En las abacerías (tiendas de alimentos) la orden de caminar como mujer o como de hombre llegan al instante, si no, no se vende el producto requerido. En los bares, restaurantes, discotecas, calles, todo el mundo tiene el miedo de tolerar el exhibicionismo, es decir, ver y no hacer nada contra una persona que nació con los genitales de un género socialmente acordado y se comporta como integrante del género diferente. Y cualquier persona tiene el deber de ser vigilante.
El Gobierno ha anunciado la elaboración de una ley. La ley no ha llegado en papel pero se ha instalado en las familias, calles y establecimientos públicos lo que se entiende por Ley Contra los Maricones y Lesbianas y todos los mitos que rodean la temática de la homosexualidad en el país y que el colectivo, venía informando a las instituciones públicas desde el año 2016
Esta ley significa exclusión absoluta y el miedo se ha instaurado en las mentes de las personas homosexuales. La mayoría ya no se atreve ni a salir a la calle por miedo. Y el miedo no es nuevo, es legendario en las mentes de un grupo de personas que ha vivido todo tipo de violencia y la negación institucional porque desde siempre, las instituciones guineanas, a pesar de participar en las actividades del colectivo, nunca definieron la temática LGTBIQ+ como un problema de estado. El Colectivo siempre entendió la actitud del Gobierno como indiferente y de desprecio a un grupo de personas que podía constituir el 15 ó 20% de la población.
Y no solo eso. Desde siempre, las instituciones públicas siempre han negado la existencia de la homosexualidad en Guinea Ecuatorial. “No los conocemos. No existen. No son de este país. Si dicen que existen, que se presenten aquí frente a nosotros”. Se trata de un discurso que sitúa el nacimiento de Guinea Ecuatorial en el régimen colonial y que con la llegada de España, llegan también las personas homosexuales blancas y contaminan a las negras. También se considera que constituye una práctica nacida de las redes sociales (de los blancos) e importada al país por la juventud que se marchó a estudiar (a los países de los blancos) y que se olvidó de su tradición naturalmente africana de todo el mundo muy hombre y muy mujer.
El discurso oficial de negación y atribución de la homosexualidad a los blancos no es nuevo. En la etnia fang, antiguamente, el discurso se marcó en la misma línea, y tanto, que las mujeres transexuales tenían tres modos de vida: el encierro en las viviendas y el exilio interior, la fijación de la vivienda en el bosque (la mayoría era ermitaño), o la incorporación en el colectivo de mujeres con el consiguiente desprecio social.
El primer caso, el encierro en las viviendas, respondía a una demanda social: el arte de la guerra. La hombría estaba relacionada con la violencia y no se consideraba varón a un hombre que revelara algún comportamiento de mujer. Se trataba de varones que avergonzaban a la tribu porque incluso a día de hoy, la forma de actuar, de gobernar, de hablar, y de expresar el folclore del mundo fang, mantiene rasgos bélicos.
Se trataba de una etnia de cada tribu con su ejército. El arte de la guerra y las batallas vencidas representaban el orgullo más grande, y los hombres físicamente femeninos representaban la vergüenza más grande, había que esconderlos.
A día de hoy se puede ver a las transexuales de mayor edad encerradas en las viviendas de las ciudades y de los pueblos. Las transexuales adolescentes no quieren encerrase en las viviendas ni encarcelarse en los bosques. La discordia entre las instituciones públicas y las transexuales tiene en la tradición el desencuentro.
Es importante explicar este aspecto porque en Guinea Ecuatorial mandan los hombres en todas las esferas del poder y las transexuales, son varones igualmente, lo revelan cuando conviene. Por lo tanto, conscientes de su situación en el pasado (han sido socializadas como varones), se preguntan por qué no pueden aparecer en el espacio público, visibilizar otras maneras de ser varones, y por qué ser varón heterosexual constituye un privilegio.
Estudio sobre el acceso de las minorías sexuales a los derechos fundamentales en Guinea Ecuatorial Mayo del 2020.
Análisis sobre el derecho a la educación y los derechos sexuales y reproductivos.
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